Hay muchas personas que desearían tener en su casa la codiciada estatuilla que entrega cada año la Academia de Artes y Ciencia Cinematográficas (AMPAS, por sus siglas en inglés), ya se trate de actores, directores, coleccionistas o simples cinéfilos que apreciarían presumirles a sus amigos que se han hecho de uno para colocarlo en una vitrina en su sala. El caso es que, si deseas tener en tus manos un Oscar, la única opción parecería ser tener mucho talento, participar en el rodaje de una película exitosa, ser nominado y ganártelo.
Otra manera, sin embargo, sería acudir al mercado negro y desembolsar una buena suma de billetes verdes por un ejemplar auténtico o, simplemente, comprarla en una subasta. El problema es que no hay algo así que digamos como una abundancia de Óscares allá afuera, y eso es por una sencilla razón. Desde 1950, la AMPAS hace que los ganadores del Oscar y sus herederos firmen un contrato en el cual se establece que, si quieren poner a la venta la estatuilla, la academia tiene preferencia de compra por la ridícula cantidad de $1 dólar. Si el vencedor del Oscar se niega a firmar el contrato, la academia se queda con la estatuilla, aunque en los registros sigue constando como ganador del Oscar.
Es por esa razón que la gran mayoría de los Óscares que se han vendido después de 1950 han tenido que ser vendidos a través del mercado negro, y muchas veces la academia ha tenido que proceder legalmente para impedir tales negocios, cuando se descubren. De manera que, si quieres adquirir un Oscar de manera legal, tendría que ser uno de antes de 1950, y ya te imaginarás que esos son muy difíciles de encontrar y, de hallarlos, vas a tener que pagar por ellos cantidades estratosféricas. De hecho, incluso a los dueños de los Óscares que datan de antes de 1950, la AMPAS amenaza con demandarlos si los venden, como una manera de intimidarlos para que piensen en los posibles costos del proceso legal y se arrepientan de hacer el negocio.
En una investigación para la publicación estadounidense Deadline Hollywood, se estimó que, desde que se celebra la ceremonia de los Óscares, se han vendido alrededor de 200 estatuillas, 100 de las cuales habrían sido entregadas por la AMPAS después de 1950.
Desde luego, de estas 100 últimas transacciones poco se sabe, pues se han hecho en secreto por medio del mercado negro. Pero de algunas otras sí tenemos datos ciertos, como por ejemplo, de la compra que hizo el famoso rey del pop, ahora fallecido, Michael Jackson, quien en 1999 pagó la exorbitante suma de $1,54 millones de dólares para adquirir el Oscar a la mejor película por “Lo que el viento se llevó”, de 1940.
Así que ya lo sabes, si ganas un Oscar, lo más probable es que no lo puedas vender más que en el mercado negro, debido al contrato que tienes que firmar con la AMPAS. A menos que seas heredero de algún ganador de Oscar de antes del año 1950; entonces sí, podrías ganar una buena suma de billetes verdes.