Al hombre árbol por fin le operaron sus manos

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Abdul Bajandar es un hombre de Bangladesh de 27 años que hasta hace unos meses tenía un padecimiento bastante extraño. Sus manos y piernas estaban cubiertas por unas extrañas malformaciones que se parecen a las cortezas de los troncos de los árboles. El mal de Abdul comenzó hace 11 años, cuando se dio cuenta que sus manos empezaron a llenarse de verrugas. “Comenzó con unas cuantas verrugas en mis manos, luego en mis pies. Se veían inofensivas, así que no les tomé importancia. Pero fueron creciendo y creciendo, a tal grado que se volvieron algo bastante serio, hasta llegar a lo que fueron antes de la operación”, dijo Abdul. La enfermedad que padece se conoce científicamente como epidermodisplasia verruciforme, y solamente hay 10 casos conocidos en todo el mundo.

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En conjunto, sus manos y pies tenían un peso cercano a los cinco kilogramos, y debido a las ingentes verrugas no le servían para caminar, ni para comer, ni para asearse, ni prácticamente para hacer ninguna actividad de la vida cotidiana que solía hacer antes de que le apareciesen. “Ni siquiera podía cerrar las manos. Antes trabajaba como conductor de una bicitaxi allá en Bangladesh, pero tuve que dejar ese trabajo debido a las malformaciones que me fueron apareciendo. Llegó el momento en el que requería ayuda para comer y para bañarme. Dichosamente siempre conté con el apoyo de mi madre y de mi mujer”, cuenta Abdul.

Afortunadamente, Abdul ya fue sometido a varias operaciones y está a punto de llegar a tener unas manos y una vida lo suficientemente normal como para realizar tareas cotidianas. Lleva desde enero de este año en el hospital, y aún faltan hacerle unas cinco operaciones más con fines ahora más estéticos, aunque según reportan los doctores la parte funcional ya está casi por completo terminada. Se estima que Abdul se mantendrá otros seis meses más en el hospital, por lo que habría pasado prácticamente todo el año 2016 allí.

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“Ahora estoy enfocado en recuperarme lo antes posible y poder volver a mi casa, con mi familia, con mi esposa e hija. Quiero poder abrazar a mi hija, como no lo podía hacer antes, y jugar con ella como un padre normal. Estos 11 años han sido bastante difíciles. La gente me ha llegado a discriminar por mi apariencia, muchos se asustaban y me sacaban la vuelta, otros, los más crueles se burlaban de mí y me ponían toda clase de apodos. Pero todo eso ya no importa, ahora por fin podré llevar una vida lo más normal posible”, dice Abdul.

Cabe señalar que el padecimiento de Abdul como tal no tiene cura actualmente, por lo que los médicos que lo atienden ya están trabajando en conjunto con investigadores de Estados Unidos para examinar el ADN de Abdul y de algunos de sus familiares, en busca de entender mejor la enfermedad, encontrar mejores tratamientos y revelar si las verrugas de Abdul volverán o no. Por lo pronto, no hay señal de que hayan vuelto, ni ninguna protuberancia anormal, y eso es una buena noticia. Esperemos que Abdul salga pronto del hospital y se reintegre lo antes posible a sus actividades y con su familia, quienes lo esperan con ansias en casa.

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