A veces, en su inocencia, los niños nos dan grandes lecciones de sabiduría que a la vez nos sacan una carcajada por la dosis de humor involuntario que son capaces de transmitir. Mis padres cuentan que yo así era cuando estaba pequeño, y esas anécdotas todavía salen a relucir en las reuniones familiares, en las que todos nos botamos de risa con las gracejadas que cometía de pequeño.
Por eso nos dimos a la tarea de recopilar algunas anécdotas de niños que les hicieron sabios apuntes a sus padres, quienes compartieron sus experiencias en Internet:
- Mi hijo se durmió en el sillón y decidí llevarlo a la cama. Lo tomé con cuidado en mis brazos y dijo en medio del sueño:
— Déjame donde estaba.
- Estaba alistando a mi hijo para ir a pasear. Se estaba poniendo los zapatos y decidí ayudarlo para agilizar el proceso:
— Dame un pie.
Mi hijo levanta un pie y me parece que no es el que va con el zapato que tengo en mis manos. Le digo:
— ¡Dame otro!
Levanta otro pie. Me doy cuenta de que la primera vez él tenía razón y le digo nuevamente:
— ¡Dame otro!
Mi hijo asombrado mira alrededor, encoge los hombros y dice:
— ¡Ya no tengo más pies!
- Estamos revisando la audición de mi hijo. El doctor susurra:
— Chocolate.
Sebastián (3 años), responde susurrando:
— No puedo, tengo alergia…
- Pancho tiene 3 años. Su papá está fumando en el balcón. Panchito lo espera en la puerta. Enojado, con las cejas fruncidas. El papá entra a la casa:
— ¿Qué sucede, hijo?
— Papá, ¿fumar es malo?
— Sí, hijito, es malo.
— Papá, ¿tú fumas?
— Sí, hijo.
— Papá, ¿eres tonto?
- Estábamos jugando un juego de roles. Lola tenía unos 2 años. La mamá (yo) jugaba el papel de cabra, Lola era una cabrita. De pronto entró a la habitación el papá, quien no sospechaba nada, y oyó la voz demandante de su hija:
— ¡Cabrón! ¡Sírveme un vaso de jugo!
Hubieras visto sus ojos…
- — Papá, ¿crecerás aún más?
— No, hijo.
— ¿Y por qué comes entonces?
- Una mamá observaba al hijo jugando afuera desde el balcón de su casa. De pronto le grita:
— ¡Luis! ¡A casa!
El niño levanta la cabeza y le grita en respuesta:
— ¿Ya tengo frío?
— ¡No! ¡Pero ya tienes hambre!
- Mi hijo tenía alrededor de 6 años. Se quedó viendo la manicura de su maestra.
— Oiga, maestra, qué uñas tan largas tiene…
— Sí. ¿Te gustan?
— ¡Mucho! Me imagino que son muy cómodas a la hora de trepar árboles.
- Mi hija tiene 5 años. Regresó del kínder triste. Tuvo su primera lección de lectura. Y no le salió bien.
— ¡Qué tonta soy! — le decía la niña a su reflejo en el espejo casi llorando.
De pronto se calmó, se puso a pensar… y con un tono de voz perfectamente calmado dijo:
— Pero muy bonita…
- La mejor amiga de Carlos en el kínder es Celia. Su amistad se remonta al primer año en el kínder.
Esta mañana intenté despertar a mi hijo. No reaccionaba. Le quité la manta y le hice cosquillas en un talón.
En medio del sueño Carlos murmuró con una sonrisa:
— ¡Ya, Celi!
- Hoy en la tienda me estaban dando el cambio y se cayó un billete. Le dije a mi hijo:
— Cariño, levántalo, por favor.
Un hombre que seguía en la fila, levanta el billete y me lo pasa diciendo:
— No soy cariño, pero…
Mi hijo se indignó:
— ¿Y para qué levantaste el billete entonces?
- Vamos caminando mi hijo de nueve años y yo. Nos encontramos a una conocida:
— Ya estás grande y aún tomas a tu mamá de la mano.
Eric, mirándome a los ojos, dice en voz alta:
— Mamá, ¡ella te envidia porque sus hijos ya crecieron! No te preocupes, también te daré un besito.
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Artículo original: http://genial.guru/inspiracion-crianza/12-sabios-apuntes-de-ninos-que-nos-hicieron-reir-a-carcajadas-173455/