Cada cabeza es un mundo y todos tenemos nuestra manera de expresarnos. Sin embargo, las palabras a veces se prestan a la interpretación y es cuando no sabemos qué nos está queriendo decir, qué está sintiendo o qué está pensando esa persona que nos habla. Muchas veces nos dicen algo sin ninguna mala intención y no obstante nos ofendemos; esto es porque interpretamos lo que nos quisieron decir en base a nuestros prejuicios o nuestro propio estado de ánimo.
La convivencia sería más sana y tranquila si tan solo nos propusiéramos aprender a percibir las palabras correctamente, a no prejuzgar y a ser más objetivos al valorar lo que se nos dice. No hay que ser tan paranoicos, no todo mundo quiere ofendernos, ni insultarnos. Recuerda que todo depende del cristal con que se mira.
Por eso ahora te traemos una serie de ilustraciones que ejemplifican cómo solemos malinterpretar las palabras de otros y nos ofendemos sin ninguna razón. Tal vez te sientas identificad@ y descubras que a veces tú también sueles ser algo prejuicioso.
Comparte estas imágenes con tus amig@s, más de alguno se va a identificar.
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