El anillo ha sido un adorno que ha utilizado el hombre desde los inicios de la civilización. Encontramos, por ejemplo, vestigios de anillos en la cultura sumeria, pero el desarrollo de la fabricación de anillos lo rastreamos en el antiguo imperio egipcio.
Persas, fenicios, griegos, etruscos y romanos lo conocieron, e incluso se han encontrado anillos muy sencillos en sepulturas prehistóricas de la primera edad de los metales.
Históricamente, los materiales más comunes en la fabricación de anillos han sido el oro, la plata, el bronce y el hierro, aunque también se han hecho a base de marfil, ámbar y vidrio.
Fue en la Edad Media cuando se desarrolló la costumbre de poner gemas y piedras preciosas en los anillos. La joyería en esta época alcanzó un éxito notable, y portar un anillo era símbolo de estatus, propio de reyes y nobles.
Los anillos no siempre han sido usados como ornamento de mano. En muchas ocasiones han sido usados para sellar, otras como amuletos, otras como adornos para suspenderlos en los collares e incluso en ocasiones fueron usados como moneda.
Algunas tribus indígenas tenían la superstición de que solamente debían ponerse en la mano derecha, mientras que otras se adornaban los 10 dedos de las manos con ellos. Algunas tribus incluso los usaban en los dedos de los pies.
Es tan rica y vasta la historia de los anillos que no terminaríamos de contarla en tan breve espacio, y además no es el tema que nos ocupa ahora, tan sólo queríamos dar una breve introducción al objeto que nos ocupa.
Lo que queremos tratar en esta ocasión es cómo elegir y usar un anillo correctamente.
Chécate la siguiente guía de anillos para elegir adecuadamente y evitar errores:
Ilustradora: Zhanna Bulankova