El tatuaje es algo que podemos admirar o repudiar, pero sin duda no nos deja indiferentes. Definitivamente no es algo para todos, pues necesitas cierto tipo de valor para atreverte a modificar tu cuerpo de esta manera.
Esto no significa que todos los que se tatúan tengan el mismo tipo de personalidad; de hecho, la forma en que te tatúas puede definir tu modo de ser en un grado en que no te das cuenta, pues a nivel inconsciente eliges qué tatuarte y en qué parte del cuerpo hacerlo.
Cada tatuaje tiene un significado especial para quien lo porta. Para unos, es un recuerdo de un ser querido o un viejo amor; para otros, es un símbolo de ideas o creencias específicas; para unos más es simplemente la expresión de su propio ser o sencillamente algo divertido que quisieron manifestar a través de su piel.
En 1991, en los Alpes, se encontró el cuerpo de un hombre momificado que databa del año 3300 a.C. Lo asombroso es que tenía tatuajes en las manos, en la zona lumbar y en las piernas. Los estudios concluyeron que padecía de artritis en los lugares en donde estaba tatuado, lo que parece indicar que los tatuajes tenían un significado mágico-curativo.
Los antiguos egipcios también practicaron el tatuaje, al parecer con fines místicos. En las momias de las sacerdotisas Amunet y Asecond se observaron diversos puntos y líneas tatuadas, además de tener punteada la región púbica.
Y si crees que fue la sociedad moderna la que estigmatizó los tatuajes, criminalizándolos, estás muy equivocado. En el Japón del 1000 a.C. ya se tatuaba a los criminales para identificarlos y separarlos del resto del pueblo.
En fin, la historia del tatuaje es rica y vasta, y sería arduo tener que contarla toda aquí.
El propósito de este artículo es que veas que la ubicación de tus tatuajes puede revelar mucho de tu personalidad.
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