Muchos de nosotros tenemos un mejor amigo, pero pocos hemos sabido valorarlo, y a veces hemos tenido que perder una buena amistad para poder apreciar a la extraordinaria persona que teníamos a nuestro lado.
Un amigo o una amiga es una persona que se identifica contigo por muchas cosas y con la que existe una empatía que ha logrado crear un vínculo, y cuando ese vínculo se vuelve inseparable y tan especial que sientes que nadie lo puede romper, es cuando se dice que tienes un mejor amigo.
Los mejores amigos se cuentan con la palma de la mano, y muchas personas sólo llegarán a tener uno en su vida, si tienen suerte. El resto serán sí, amigos, quizá muy buenos amigos, pero nunca un mejor amigo con el cual ese lazo único de afecto incondicional exista.
¿Tú tienes un mejor amigo? Si has entrado a este artículo, es probable que sí. Y es probable que, en más de alguna ocasión, te hayas peleado con él. Es por eso que ahora te dejamos esta lectura que seguramente te hará reflexionar sobre la verdadera amistad:
Dos grandes amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
“Hoy, mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro”.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:
“Hoy mi mejor amigo me salvó la vida”.
Intrigado, el amigo preguntó:
– ¿Por qué, después que te lastimé, escribiste en la arena, y ahora escribes en una piedra?
Sonriendo, el otro amigo respondió:
– Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.
